Curso Guía del bebé (0-3 años): Desarrollo, Juegos y Emociones

Hace unas semanas os comentaba tanto aquí como en las diferentes redes que la Escuela Bitácoras me había propuesto impartir un vídeocurso online para ellos.

Yo ya había realizado otros vídeocursos de su Escuela como alumna, como Montessori en el hogar, Lengua de Signos para bebés o Crianza de 0 a 4 años, todos muy útiles e interesantes, de la mano de tres grandes profesionales, muy involucradas con los temas de actualidad relacionados con educación, salud y crianza consciente, como son Bei Muñoz, Ruth Cañadas y Lucía Galán.

Lo genial es que los haces desde el móvil, el ordenador o la tablet sin moverte de casa y pudiendo realizar tus consultas directamente con los profesionales, en el horario que quieras y de manera económica.

Así que en cuanto me propusieron esta gran oportunidad, no dudé en aceptar y ponerme en marcha para elaborar un curso lleno de contenido atractivo, útil y funcional, con herramientas únicas, pautas, resolución de dudas y otros aspectos que suelen preocupar e interesar a los padres/ madres o profesionales de la educación que me leéis y escribís a diario.ESCUELA BITACORASQuería que fuera un curso muy completo y entretenido, para todas las madres, padres, familias, profesionales, que tuvieran ganas de descubrir cómo es el desarrollo evolutivo del niño desde que nace hasta sus tres años de vida y cómo poder formar parte de esta etapa del niño de una manera consciente, acompañando en las emociones y conociendo cuáles son los hitos del desarrollo más significativos, los materiales necesarios en cada etapa y mucho más.

Una vez pensé la idea, preparé mi guión y puse sobre la mesa todos los temas que quería exponer y mostraros, ya que a mí me hubiera encantado realizar un curso así antes de mi primer embarazo o durante los primeros años de vida de mis peques y, de hecho en muchas ocasiones he dado estas pautas a amigos o conocidos que estaban esperando a sus bebés o habían sido ya padres/ madres.

Y AQUÍ está el resultado, para los que deseéis comprarlo o echarle un vistazo.

 

EL CURSO Y EL TEMARIO Seguir leyendo

Ensartar para favorecer la motricidad fina

Los que ya me conocéis sabréis que los juguetes de madera me encantan y sus posibilidades son muchas y muy enriquecedoras, como os he contado aquí.

Además es fantástico que los niños y las niñas desarrollen sus habilidades innatas, y para ello experimentar con el tacto y la motricidad fina es realmente positivo a partir del año de vida o incluso a veces antes.

Hoy os traigo este juguete precioso, sencillo y muy funcional. De madera, de colores y con un diseño clásico y muy atractivo para los peques.IMG_1414Los juegos de toda la vida perduran por los beneficios que conllevan, y por ello está genial que se vayan mejorando con el tiempo con diseños y calidades como este.

Este juguete sirve para ensartar piezas en un cordón, empleando la motricidad fina y la manipulación. Está compuesto por muchas figuras y formas y varios cordones.

IMG_1404Todas las piezas son muy llamativas y coloridas. Los cubos tienen una imagen diferente en cada una de sus caras: en un lado contienen un número (del 1 al 10) y en otro la cantidad. esto hace que el niño aprenda a unir la imagen del número a la cantidad correspondiente y aprenda a contar de manera visual. Podemos formar un tren con todos los cubos a la vez que vamos ensartándolos en orden en el cordón, y de este modo aprenderemos a contar y a unir cantidad a número.

Así mismo, podemos jugar a apilar los cubos sin emplear el cordón, haciendo torres y construyendo en orden de número o separando entre pares e impares, por ejemplo.

Con este juego aprenderemos a discriminar colores y formas, adquiriéndolos de forma lúdica y sencilla.

Podemos jugar a realizar series de colores o formas o de ambos elementos, por ejemplo, ensartar una pieza roja y otra verde y repetirlo en serie.

IMG_1416

El objetivo fundamental es ensartar cada pieza en el cordón. Para ello el peque deberá coger una pieza con una mano y el cordón con la otra. Los cordones llevan la punta más rígida, para que pueda guiarse hacia la figura más fácilmente. De este modo, podemos emplear al inicio el método del modelado, sentando al peque en nuestras piernas y guiando sus manos hacia la acción, enseñándole cómo hacerlo con sus manitas.FullSizeRender (2)Si llevamos a cabo este método el niño aprenderá con un ejemplo práctico y de forma rápida, ya que sus manos son guiadas al movimiento correcto que hay que realizar y así aprende más fácilmente y sin tener que simplemente observar, que a veces no les gusta y les hace perder la paciencia.

A mi este tipo de juguetes siguen gustándome mucho más que los que aparecen llenos de botones y luces, ya que los juguetes de madera invitan a desarrollar la imaginación del niño, el juego simbólico, la capacidad de crear y transformar y realizar un juego nuevo cada día dentro del mismo.

Algunos ejemplos que he observado en sesión de ello son:

  • Emplear los cordones como combas
  • Apilar las formas haciendo equilibrios por turnos
  • Emplear los cordones para jugar a las serpientes que pican
  • Crear una ciudad para muñecos con las figuras
  • Jugar a contar todas las piezas, separándolas por categorías
  • Y muchos juegos más que cada día inventan los peques que me rodean…

IMG_1415Espero que disfrutéis tanto como yo de este tipo de juguetes y se los ofrezcáis a vuestros peques.

Si lo quieres PUEDES ENCONTRARLO AQUÍ.

El paso de la cuna a la cama

Empezamos nuevo curso y nos llenamos de nuevos propósitos. Que si el buenhijo debe comer solo, que si debe dejar el pañal, que si el chupete ya no se puede llevar al cole…

Y a eso se une el momento del sueño, ¿cuándo empezar a dormir solos? ¿Qué edad es la adecuada para dormir en la cama? ¿Cuándo es demasiado mayor para estar en cuna? ¿Tiene beneficios dormir en la cama o sin barreras?

De todo esto os hablo hoy en el Club de Malasmadres: El paso de la cuna a la cama, sin llantos y paulatinamente, paso a paso para que os resulte lo más sencillo posible realizar este cambio en vuestra rutina.

Espero vuestros comentarios y dudas! Feliz martes! Y feliz vuelta al cole!!!

http://clubdemalasmadres.com/el-cambio-de-la-cuna-a-la-cama/

Qué hacer cuando los niños muerden y/o pegan

Hoy te cuento en el Club de Malasmadres cuáles son los principales motivos por los que un niño pega o muerde, qué hacer ante tal conducta y cómo prevenirlo.

Hoy vengo a hablaros de ese momento tan temido, ese momentazo donde te enfadas con tu hijo, le niegas algo o le pones límites y, de repente, te pega un bocado o te da un manotazo; así, sin comerlo ni beberlo. Y empiezas a preguntarte qué ha pasado para llegar a este punto, dónde está tu bebé que hace dos días se movía a tu antojo y no sabía decir “no”.

Y de la mano aparece el sentimiento de culpa. Y te planteas si tu hijo te ha mordido porque va a la guardería o si es porque pasa mucho tiempo contigo y, las dudas te invaden y te hacen cuestionarte a ti misma.

Por eso hoy vengo a desmontar todo esto, a daros otra visión de estas conductas, para que comprendáis que es un proceso natural del niño, que aparece con mayor frecuencia de lo que creemos y que no viene asociado a “niños malos”, como siempre se nos ha hecho creer.

Tenemos que partir de la base de que nuestro bebé está madurando y, por lo tanto, empieza a ser un ser independiente y que gana autonomía y quiere explorarlo todo. Esto sucede a partir del año y pico y se prolonga en el tiempo dependiendo del niño, la familia y su entorno.

Esto es importante para que entendáis que los niños que pegan o muerden desde el año hasta los tres o incluso los cuatro años, no lo hacen con la intención de agredir físicamente ni de hacer daño sino con otras intenciones que os explico más adelante.

Para que comprendáis bien estas conductas, lo primero es saber los motivos por los que nuestro hijo está pegando o mordiendo.

En esto es en lo único en lo que yo encuentro diferencia respecto a las dos conductas, ya que morder y pegar van muy de la mano, aunque es bueno diferenciarlos a la hora de explicar las posibles causas que llevan a tu hijo a hacerlo.

Un niño muerde:

1. Porque quizás solamente tenga hambre.

2. Puede estar saliéndole algún diente y esto le hace llevarse cualquier cosa a la boca y tener la necesidad de morder y frotar sus encías con cualquier cosa.

3. Imita la conducta en otros niños.

4. Siente frustración por: no poder hacer algo, por no saber pedir ayuda, por no recibir la atención que en ese momento necesita, por no tener lenguaje para expresarse y decir lo que quiere con palabras y entonces recurre a lo más primario, a morder, como cualquier otro mamífero.

5. Llama la atención de la manera que puede, por celos, por ejemplo.

Un niño pega:

1. Porque imita a otros sin saber que es algo malo.

2. Siente frustración, incomprensión…

3. Quiere llamar nuestra atención.

Si aquí sigues leyendo porque te sientes identificado con lo que cuento, estarás preguntándote y “¿entonces qué hago para prevenirlo?”.

Pues si tu hijo es de los que ni muerde ni pega, ¡Enhorabuena!, pero te aconsejo que tengas claras ciertas herramientas para prevenir que lo haga, ya que como ves en las causas de por qué lo hacen, es bastante común que un niño se sienta de alguna de esas maneras a lo largo de su infancia.

¿Cómo puedes prevenirlo?:

1.Intentando anticiparte a aquellas cosas que le hacen morder o pegar. Como ya sabemos que no podemos controlar el mundo (ni lo pretendemos), intentaremos controlar lo que esté a nuestro alcance. Si crees que si le dices “no” a algo te responderá pegando o mordiendo, agáchate a su nivel y cogiéndole de las manos suavemente le dices que eso no está bien. Al tenerle contenido con tus manos, ya previenes que te pegue y puedes sujetarle para que no muerda.

2. Dando mensajes claros y directos, sin dar vueltas ni muchas explicaciones. El lenguaje es uno de los principales motivos por los que los niños se frustran y tienden a agredir. No saben cómo expresar enfado, rabia, nervios o descontrol y su manera más primitiva o primaria es mordiendo o pegando. Por lo tanto, demos palabras a lo que sienten antes de que peguen. Puedes decir en voz alta: “Sé que estás enfadado; que quieres esto y no te lo doy; ¿necesitas ayuda?”, lo que creemos que diríamos nosotros en esa situación si estuviéramos en la piel del buenhijo. Esto previene que llegue al límite de pegar.

3. Si prometemos cumplimos, es esencial, aquí nuestra palabra no puede fallar; porque si no perdemos credibilidad y el ansia y la frustración aparecen.

4. Acompaña en el enfado al buenhijo, no le amenaces con irte, con comportarte peor que él, en definitiva. No puedes enseñar a que respeten sin respetar, a no pegar pegando o a morder mordiendo. Cuántos adultos he visto que dicen “No pegues” a la vez que dan un cachetazo al niño en la mano o en el culo. Muy buen mensaje no es, y además poco claro para el niño. Recordemos que son imitadores natos y lo copian todo, y parece que lo malo antes que lo bueno.

Ahora puede que estés realizándote una pregunta: “Y si mi buenhijo ya pega o muerde, ¿qué hago?”. Pues sobre todo, aunque suene a tópico y a imposible, tratar de sacar paciencia de donde no la haya y aplicar estas estrategias, que con constancia y repetición nos serán muy útiles para enfrentarnos a un proceso madurativo habitual, pero que queremos que cese y no vaya más allá.

¿Qué hacer si ya lo hace?

1. Reacciona, es hora de poner límites de forma amable, firme y calmada. Hay que proteger sobre todo que no se hagan daño ni se lo hagan a nadie.

2. Empatiza con tu hijo y piensa por qué acaba de hacer esto. Tenga o no razón, no cambiará nuestra reacción, ya que pegar o morder no está contemplado bajo ninguna excepción, pero sí que hay que pensar que los motivos son importantes para comprender a nuestro hijo.

No es lo mismo que pegue porque un niño le ha quitado su juguete, que lo haga porque él se lo ha quitado al niño. Nuestro acompañamiento es darle estrategias para no repetir la conducta. Si el peque ha quitado algo a otro niño, le explicaremos que no es su juguete y que tiene que devolverlo, como a él le gustaría que hicieran. Si el juguete es suyo y se lo han quitado, le explicaremos cómo puede pedírselo al niño sin pegar, con palabras, que entendemos que esté enfadado, pero no pegando o mordiendo.

3. No hagas lo que no te gustaría que repitiera. No le pegues, no le grites, no hagas cosas que no son un modelo para tu hijo. Además piensa que no lo hace por molestarte o hacerte desesperar, sino por lo antes explicado. Si consigues verlo así, tienes mucho ganado.

4. Bájate a su nivel y mirándole a los ojos dile claramente “no” y explícale de una forma sencilla que no se pega o muerde. Insistir es esencial y como ellos no tienen conciencia de tiempo tienen mucha más paciencia que nosotros, así que ánimo, piensa que en unos meses habrá pasado.

5. Si pega o muerde en otro espacio, no es tu responsabilidad. Si la abuela, la profe o el tío te cuentan que ha pegado estando con ellos, dales este post y a seguir. No es responsabilidad tuya volver al tema cuando ya ha pasado. No regañes al peque por algo que ni has visto y que pasó hace tiempo, porque estarás hablándole en chino. Los niños (1-3 años) comprenden causa-efecto de forma inmediata, no comprenden que estés enfadado por algo que pasó hace horas, no saben relacionarlo.

Y si todo esto no funciona o no te ves con fuerzas, lo mejor es que dejes a tu hijo un rato con alguien que se encuentre con más fuerzas o paciencia que tú, o simplemente retírate o trata de mantener tu atención en otra cosa. No te hagas responsable de tal conducta. Y, sobre todo, ten en cuenta que les sucede a muchos niños, vayan o no a la guardería, tengan o no hermanos, etc.

Estas conductas son fruto de los cambios madurativos de los niños, que tienen que adaptarse rápidamente a todo lo que van conociendo y aprendiendo, y hacerse mayor cuesta, pero todo pasa, piensa sólo en eso, ¡es tu única esperanza!

Puedes compartir tu experiencia con todos y yo misma contestaré a tus dudas o propuestas.

¿Qué puedo hacer con un año?

Como ya os conté hace unos días en este post, los niños a partir de los doce meses son más autónomos e independientes y comienzan a explorar por sí mismos como nunca antes habían hecho.
Para ello me gustaría que tuvierais en cuenta que siguen siendo peques o bebés, aunque empiezan a descubrir que son capaces de realizar muchas cosas con ayuda o al menos pueden tratar de intentar hacer tareas que antes eran impensables.
Cuando nos encontramos con peques de cuatro o cinco años que no han tenido la independencia o la libertad de realizar acciones o escoger por sí mismos (se sobreentiende que con ayuda), es porque se les ha sobre protegido o no se les ha dado la oportunidad de realizar el proceso de autonomía gradualmente, sino que de un día para otro el adulto encuentra que tiene un niño que podría realizar cositas solo y ahora tiene que comenzar de cero a esta edad tardía.
Y os preguntareis, ¿pero qué puede hacer un niño de un año, si es aún un bebé?
Yo os propongo que empecéis a involucrarle en las tareas del día a día en casa, siempre con ayuda y con sentido común, sabiendo que hay cosas peligrosas para él y que ni con ayuda podrá hacer.
Algunas de estas habilidades son:
– Ya puedo quitarme algunas prendas de ropa solito, como los calcetines, belcros, el gorro, ayudar a sacar brazos y piernas de la ropa…
– Puedo identificar vocabulario básico de mi entorno, como personas de la familia (papá, mamá, abuelo, abuela, tía…), juguetes (pelota, muñeca, cocinita o lo que use para jugar), objetos cotidianos (mesa, silla, carro, chupete, agua, comida…), acciones (ven, toma, dame, coge, come, bebe, juega, sienta, duerme…), espacios (casa, calle, cocina, baño, coche…) y mucho más.
– Puedo comprender órdenes sencillas y seguirlas. «Dame la pelota», «coge el muñeco del suelo», «quítate el zapato», «siéntate», etc.
– Puedo comenzar a ser consecuente con mis actos, es decir a guardar tras sacar, a coger algo que tiro al suelo, a llevar la ropa al cesto de la lavadora, a sacar mi cuchara para comer…
– Puedo comer solo, con mis manos, a mi manera, aunque me ensucie, pero puedo. Debemos dejar que experimenten esto para que aprendan  comer solitos más adelante con cubiertos, pero dándoles su tiempo.
– Puedo beber de mi vaso con boquilla sin ayuda.
– Puedo caminar sin ayuda cortas distancias y cada vez más largas.
– Puedo ayudar en el momento del baño, enjabonándome el cuerpo con ayuda y así conociendo mejor mi cuerpo según me nombran sus partes.
– Puedo garabatear en un papel, empezando a coger una pintura y tratando de seguir líneas como las que hace el adulto.
– Soy capaz de hacer encajes sencillos, ensartar aros en un soporte, poner piezas pequeñas en una base, meter monedas en una hucha, coger piezas pequeñas con la pinza digital…
– Puedo lanzar una pelota tras un modelo, o tratar de chutarla o rodarla a alguien.
– Puedo entender prohibiciones y llevarlas a cabo.
– Puedo permanecer en una misma actividad más tiempo que antes, realizando algo desde principio a fin con ayuda y motivación.
– Puedo ver un cuento con ayuda del adulto, tocando y pasando sus páginas.
Y además de esto miles de cosas más, ya que cada peque es único y diferente, y podrá hacer unas cosas u otras dependiendo de los hábitos que tenga y su entorno.
Esto son sólo algunos ejemplos de lo que podemos hacer con un niño de un año, empezando a hacerle más autónomo y consciente de su realidad.
Sobre todo quiero que tengáis en cuenta que cuando me refiero a un peque de un año, es desde los doce meses hasta los veinticuatro. Ya que cada uno lo realizará en una edad y un momento diferente.
Como siempre me gusta deciros, el desarrollo de cada niño es único y no debemos adelantarnos al momento que cada uno vive. Todo llegará y hay tiempo para todo.
Ahora sólo os queda disfrutar de vuestro bebé grande un añito.