Cuando un bebé nace, se convierte en un acontecimiento familiar y social muy grande, donde cada uno tiene su idea sobre la llegada del nuevo miembro, y es por esto que deben establecerse ciertos límites para poder recibir al bebé y a su mamá en el mejor ambiente posible, donde su bienestar prime por encima de todo.
Siempre habrá a quienes les guste hacer las cosas de un modo u otro, y habrá opiniones y opciones para todos los gustos, pero lo que sí que debemos tener claro de antemano es que hay ciertas normas básicas que deberíamos seguir en este momento tan delicado e importante para la nueva familia, donde nace un bebé y se inician nuevos lazos y vínculos.
El tándem mamá-bebé debe establecerse, conociéndose poquito a poco, estableciendo sus rutinas, descubriéndose, asentando su manera de alimentarse, dormirse y calmarse, entre muchas otras cosas.
Para mi estos son los imprescindibles a llevar a cabo cuando nace un bebé y vamos a visitarle al hospital, que cumplo tanto al nacer cualquier bebé en mi círculo cercano, como cuando yo he tenido a mis hijos y he estado en el hospital Ingresada.
- Llama antes de hacer una visita, aunque seas el mismísimo rey. Hay momentos en los que bebé y mamá descansan o prefieren estar a solas. No te lo tomes como algo personal, respétalo.
- Respeta los horarios de visita aunque el hospital no los tenga. Lo habitual es preguntar a la familia o sino ir en un horario normal (10:30-13:30/17:00-20:00).
- Si estás enfermo no hagas visitas. No pasa nada porque el bebé conozca a sus seres más queridos dos días más tarde. Se trata de priorizar la salud por encima de todo.
- Haz visitas cortas, ya que bebé y mamá se están conociendo y necesitan tiempo para ellos.
- Lávate las manos antes de visitar al bebé, en un baño del hospital, justo antes de entrar a la habitación.
- El bebé no es un trofeo que pasa de mano en mano. Tiene que estar con su mamá, su papá o en donde ellos decidan. Ya habrá tiempo de cogerle.
- El bebé se está adaptando al mundo. Por lo que debe estar lo más cerca de su madre, ya que lleva nueve meses junto a ella y es donde mejor va a estar, oliéndola, oyendo su corazón y tocándola.
- No uses el baño de la mamá, ni su armario o su cama para sentarte. Por respeto y por higiene.
- Respeta las tomas donde bebé y mamá necesitan intimidad y calma para tomar el pecho o su biberón.
- No hables del aspecto de la mamá. Las frases típicas de “tienes cara de cansada”, “no se te ha bajado nada la tripa” o “vaya pelos llevas” no aportan nada.
- Acuérdate de preguntarle a la mamá cómo está y darla apoyo, ya que el postparto es un momento duro y la empatía y el cariño es todo lo que necesita.
- No des consejos. Lo que más ha escuchado la mamá durante su embarazo son consejos, por lo que ahora necesita apoyo y ánimo, no experiencias ajenas u opiniones.

Y lo más importante y que menos solemos recordar es que ofrecer ayuda en lo que necesiten no es ayudar en lo que tengamos nosotros en mente como necesario, sino preguntar a la nueva familia en qué necesitan verdadera ayuda o qué les resultaría útil que hagamos en este momento. Ese es el verdadero y único significado de ayuda.
Y estos son mis imprescindibles, muy básicos y razonables, donde el sentido común prima a la hora de ir a conocer a un bebé, ya que lo primero en lo que debemos pensar es en la mamá y en su bebé, y no en lo que nosotros deseemos o queramos, por muy buena intención que tengamos.
Nadie duda de que lo que queramos sea demostrar todo nuestro amor a ese nuevo bebé, pero quizás debemos comprender que la llegada al mundo para él es un cambio muy brusco y lo que necesita es tan solo los brazos de su madre, alimento y calma.
Ya habrá tiempo de todo lo demás durante toda su vida, ¿no crees?