Aprendiendo los colores

Aprender a discriminar colores es una tarea que vista desde nuestros ojos de adulto parece realmente sencilla. Pero cuando son los peques quienes tienen que aprender a hacerlo, a veces nos encontramos con una tarea compleja de enseñar.

Hay niños que aprenden de manera sencilla y casi sin darnos cuenta, tanto colores como otras habilidades o conocimientos, y otros, que por el contrario, necesitan un proceso detallado y de acompañamiento para aprender ciertos conocimientos que serán básicos y muy útiles en su día a día. 

Los colores son uno de esos aprendizajes que pueden enseñarse poco a poco con herramientas del entorno y sin necesidad de emplear un material específico o costoso. 

Es un conocimiento que puede empezarse a realizar a partir de los dos años, aunque esta edad es simplemente orientativa.

Para empezar a enseñar los colores a un peque sería ideal encontrar 4 objetos iguales de estos colores: rojo, amarillo, azul y verde. 
Partiendo de este material, que podemos encontrar en casa, (por ejemplo, cuatro vasos de los cuatro colores, cuatro fichas, cuatro botes, cuatro botones, cuatro coches…), realizaremos el aprendizaje de este conocimiento.

  
Empezaremos con dos únicos colores, el rojo y el azul, que son muy distintos entre sí y difíciles de confundir.

Ambos contrastan mucho el uno sobre el otro y podemos encontrarlos en muchos elementos de nuestro entorno.

Cogeremos los dos objetos que hayamos separado de ese color y los pondremos uno a un lado y otro al contrario.

Tendremos cada uno a un lado y buscaremos junto con el peque objetos del entorno que sean de cada color, para que aprenda a colocarlos sobre el color adecuado.

Trabajaremos varios días sobre los dos mismos colores. A veces empleando uno únicamente en un juego (por ejemplo: jugamos con la pelota roja) y otro día jugando con ambos colores de nuevo (rojo y azul).

Cuando vayamos viendo que el niño, se familiariza con los dos colores y los distingue adecuadamente, introduciremos el tercer color (mejor el amarillo, ya que contrasta muy bien con el rojo y el azul).

  
Seguiremos realizando los mismos juegos:

– Agrupar objetos por colores

– Colorear del tono que nombremos 

– Buscar objetos de ese color por la calle, mientras paseamos o en la ropa, en los coches…

– Jugar sólo con objetos de un color

– Nombrar comidas de un color 

– Poner gomets del mismo color a la silueta que dibujemos 

– Decir objetos que no sean de un sólo color 

– Y un largo etcétera que se nos ocurra en torno a este tema

Y cuando finalmente tenga adquiridos los tres primeros colores introduciremos el verde. 
Y observaremos como poco a poco va integrando el resto de colores de forma fácil y sencilla, siempre ayudando al peque si tiene dificultad en la adquisición de algún color en concreto.

  
Con estos juegos todos los niños pueden aprender los colores de una manera lúdica y dinámica, acompañados y ayudados del adulto. 
Y vosotros ¿como enseñáis los colores a vuestros peques? ¿Es algo que han aprendido fácilmente o con ayuda? Cuéntamelo en los comentarios! 

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