Aprender los animales jugando

Todos sabemos que los niños aprenden rápidamente los animales. Hacia el año o año y medio empezamos a enseñarles las onomatopeyas de ellos y jugamos a ser el perro, el pájaro, la gallina, el pez o la serpiente, imitando todo lo que está a nuestro alcance para estimular sus sentidos, haciendo que imiten, aprendan e interioricen todo lo que el mundo animal nos ofrece en cuanto a aprendizaje se refiere.

Los peques empiezan a nombrar a los animales hacia el año y medio y ya no pararán hasta conocerlos a todos, ya que es algo que les produce mucha curiosidad.

Para ello, yo aconsejo que hacia los dos años nos hagamos con un pack de animales de goma, donde poder jugar a simbolizar, dar vida, emitir onomatopeyas, etc. y, de este modo, aprenderlos de forma lúdica y divertida.

Además hay otros juegos que pueden llamar la atención de los peques, como es el juego del que os quiero hablar hoy.

Es el loto de animales de Djeco que llevo usando desde que comencé a realizar sesiones con los peques. Consiste en cinco tableros diferentes y treinta fichas con los treinta animales que podemos encontrar en este juego. Cada tablero contiene animales de diferentes entornos:

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  • El tablero morado: animales domésticos
  • El tablero azul: animales del mar
  • El tablero verde: animales de la montaña
  • El tablero amarillo: animales de la granja
  • El tablero rojo: animales salvajes

De este modo el niño puede aprender a identificar los animales y su entorno y a asociar por colores los diferentes hábitats.

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Este juego tenía una versión anterior en la cual encontrábamos que cada animal estaba recortado con su silueta, por lo tanto, podíamos dar la vuelta a cada ficha y tratar de emparejar el animal al tablero correspondiente adivinándolo y asociándolo a su silueta sin ver el animal en sí. Algo que resulta muy interesante con niños de cuatro o cinco años, que ya comprenden conceptos más complejos y abstractos como éste.

En la nueva versión todos los animales vienen recortados de la misma manera, siendo todas las fichas circulares. Por lo tanto no se pueden diferenciar si están dadas la vuelta y lo hace más difícil.

El juego consiste en poner todas las fichas dadas la vuelta, del revés en la mesa y repartir los tableros entre los jugadores e ir descubriendo cada ficha hasta que completemos todos los animales del tablero que nos corresponde. De este modo, la memoria visual se verá potenciada, ya que debemos recordar las fichas que ha levantado nuestro contrincante para poder colocarlas en nuestro tablero y así completarlo antes que el resto de jugadores.

Es un juego de los denominados memory loto, en los que descubrimos cómo favorecer la atención, la memoria, el juego en grupo, la espera o los juegos de turnos.

Este juego podemos realizarlo tanto con las fichas descubiertas como con las fichas dadas la vuelta. Dependerá de la edad del niño. Ya que bajo mi experiencia, podemos empezar a utilizarlo con niños de dos años e ir haciéndolo más complejo, siendo divertido y enriquecedor para niños de cinco o seis años.

¿Qué potencia?

  • La memoria visual, como hemos destacado anteriormente.
  • La atención, el niño debe mostrar atención centrando su mirada y sus sentidos en el juego, ya que debe buscar entre las treinta piezas el animal que nombremos y ponerlo sobre el tablero correspondiente. Yo aconsejo empezar dándole sólo las seis piezas de un mismo tablero o color y el tablero al que corresponde, para que no tenga que buscar entre treinta sino entre seis. Y poco a poco ir incrementando la dificultad.

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  • La discriminación visual: el niño debe discriminar el animal que busca con su mirada  unirlo y emparejarlo con otro igual en el tablero. O si jugamos con las fichas del revés, puede buscar y conocer el espacio donde se encontraba el animal que necesita para completar su tablero y discriminar el espacio con su mirada y de este modo recordarlo para ser el ganador.
  • La concentración: el niño sabrá que debe estar concentrado para realizar un ejercicio tanto guiado por el adulto como por parejas o en grupo.
  • El emparejamiento de iguales y discriminación de diferentes.
  • Aprendizaje de nuevo vocabulario: qué sonido emite cada animal, cómo se llama a cada sonido, cómo se llama cada animal, a qué entorno pertenece, cómo se llaman sus crías…
  • Permanencia en el juego: es importante que hacia los dos años tratemos de realizar juegos en los que el niño deba permanecer un tiempo determinado en la misma acción, potenciando así la permanencia en el juego y su atención. Ya que hasta este momento su juego es poco constante y varía cada pocos minutos.

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  • Destreza y mejora de la motricidad fina: la manipulación de piezas pequeñas y tener que ponerlas sobre el tablero, hace que el niño deba afinar su movimiento con los dedos y las manos, siendo cada vez más preciso e individualizando sus dedos del puño.
  • Entretenimiento y aprendizaje: los niños aprenden de forma lúdica a identificar animales, discriminarlos, emparejarlos y todo lo descrito anteriormente.

Desde mi experiencia profesional,  recomiendo encarecidamente el Loto de animales, ya que incluye mucho aprendizaje en un sólo material, además de ser muy resistente y duradero y su precio no alcanza los 12€, por lo tanto, me parece más que útil y rentable. Nosotros lo hemos adquirido en Dideco y además os recomiendo que vayáis a ver allí sus animales de goma, que os van a encantar.

Encaje de formas y colores

Para los que me seguís habitualmente, sabéis que los juguetes de madera son de mis favoritos.

Considero que su textura, su calidad y su resistencia son fantásticas para la experimentación y el descubrimiento del niño.

Por ello, hoy os traigo un juguete de madera que tenía muchas ganas de enseñaros. Se trata de un encaje diferente, compuesto por una tablilla de base con clavijas y cinco figuras de cinco colores cada una, en total 25 piezas, que se pueden encajar en las clavijas correspondientes.

Normalmente casi todos los encajes que solemos encontrar, suelen llevar una clavija para sujetar las piezas que se encajan en la base, pero éste no. Este encaje se compone de unas clavijas fijas en la tablilla que hace de base por las que hay que meter cada pieza encajable.

Además cada pieza tiene una forma geométrica y un color. Hay cinco formas y cinco colores diferentes.IMG_4747Para mí que el juguete sea de madera es muy positivo, como ya os he comentado, ya que el niño puede sentir su textura y sus formas curvas, sus ángulos y rugosidades y, experimentar a través del tacto, algo esencial en la infancia, ya que este sentido nos ofrece mucha información del entorno y hay que aprender a usarlo desde pequeños y sacar provecho de ello. La madera es un material cálido y básico, que atrae a los niños. Además es resistente y se puede llevar a la boca sin riesgo a perder color.

Al ser un material tan sencillo, invita a crear e imaginar, a fomentar el juego simbólico por parte del niño. Cuanto más básico es un juguete, más tiene que poner el niño de sí mismo para crear el juego y fomentar la diversión. Explorar es una de las bases de la infancia y es la mejor forma de descubrir de manera libre su entorno.IMG_4745Este juguete está pensado para que el niño encaje las formas geométricas sobre las clavijas de la base. Si nos fijamos bien, podemos observar cómo, de izquierda a derecha, el círculo tiene una sola clavija, el rectángulo incluye dos, el triángulo tres, el cuadrado cuatro y el pentágono cinco. Por lo tanto podemos comenzar a jugar con él con niños de un año o más (aunque el fabricante recomienda a partir de los dos años), ya que el círculo será sencillo de encajar para los peques de esta edad, porque éste nos recuerda a los juguetes de encaje de aros en un soporte.

Más adelante podremos ir ampliando los encajes con los que el niño se sienta preparado para jugar, hasta que consiga ir encajando las cinco formas.

Bajo mi punto de vista y mi experiencia, la técnica de modelado es muy positiva en este tipo de juegos y la mejor para ayudar al niño en su aprendizaje. Sentando al niño sobre mis piernas, cojo su manita y la guío para que conozca cómo realizar correctamente el juego, sin ofrecer presión ni fuerza, sólo dándole el modelo adecuado para que sea capaz de conocer cómo debe coger la pieza y cómo puede encajarla.

El modelo es esencial en la infancia, y la imitación es una de las grandes ventajas y formas de descubrir y aprender para el niño.

Tenemos que tratar de realizarlo siempre que el niño quiera, sin forzarle, ya que es una guía para que fomente su comprensión y amplíe su conocimiento, no para que le ofrezca rechazo por la actividad. De este modo el niño se siente exitoso y se ve capaz de hacerlo con cada vez menos ayuda.IMG_4746Podemos descubrirle al niño las formas geométricas, nombrándoselas todas según las va conociendo. Primero comenzaremos por el círculo, seguido del cuadrado y el triángulo, y por último el rectángulo y el pentágono.

Iremos poco a poco y fomentando el descubrimiento de cada forma en un día diferente.

Trabajando las formas geométricas

Podemos tratar de hacer actividades relacionadas con esa misma forma geométrica. Primero se la mostramos y nombramos y, después podemos:

  • Dibujar su contorno poniendo la pieza sobre un folio y repasándola con un color
  • Buscar cosas de casa con forma de círculo, por ejemplo, con nuestra ayuda
  • Buscar en sus cuentos cosas con esas formas
  • Jugar al veo veo con formas, en lugar de con el abecedario; “Veo veo”, “¿qué ves?” “una cosita”, ¿y qué cosita es? “Tiene la forma de un cuadrado (por ejemplo)” “¡Es la ventana!”
  • Meter en una bolsa todas las piezas y que con los ojos cerrados el niño trate de descubrir qué forma es

IMG_4744Es un encaje totalmente único, ya que permite encajar las piezas sobre las clavijas, algo que no suele ser lo habitual en los juguetes que encontramos de este tipo. Lo hace más complejo, ya que no sólo hay que adivinar cuál es el sitio adecuado de cada pieza sino que también hay que insertarlo en las clavijas que cada base posee. Esto nos permite que el juguete se use durante más tiempo y le demos mayor uso, según la edad y madurez del niño.

Favorece la coordinación oculo-manual, donde el peque debe coordinar sus movimientos y sincronizarlos para realizar correctamente la actividad. Este objetivo es esencial para el desarrollo de la mayoría de las actividades de la vida cotidiana. Trabajarlo a través del juego y la diversión permite al niño integrarlo en su día a día sin darse cuenta del esfuerzo que le supone a nivel cognitivo.

Potencia la modicidad fina, y la precisión en los movimientos de los dedos y las manos. Haciendo que el niño individualice los dedos del puño, use cada mano por separado y aprenda a coordinar sus movimientos para realizar el juego.

La asociación de unas piezas y unas formas con otras, prepara al niño a conocer el concepto de igual y diferente, a comprender lo que corresponde a una misma figura o a otra diferente. De igual modo sucede con los colores.  Podemos potenciar su adquisición pidiéndole al niño que una las piezas del mismo color, así fomentaremos el aprendizaje de los colores y la asociación por iguales. A la vez podemos solicitarle que busque cosas de su entorno que sean del mismo color, generalizando así el aprendizaje potenciado.IMG_4748Así mismo es un juego que precisa de mucha atención por parte del niño y concentración, lo cual permite que el peque cada vez permanezca más tiempo en una misma actividad, algo esencial según va creciendo y madurando, ya que las actividades que vaya a realizar cada vez precisarán de más atención y permanencia.

Como podéis observar es un juguete muy completo y que, sobre todo, nos permite jugar con niños desde un año hasta los cinco o seis. Ideal para jugar en familia, varios hermanos o con la intención de hacer interacción entre adulto y niño, buscando el contacto ocular y la atención conjunta.

Y a ti, ¿te gustan los juguetes de madera? ¿Empleas encajes y formas con tus peques?

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¿Aprendemos las horas y a situarnos en el tiempo?

El reloj calendario de Goula de Dideco es un básico imprescindible para cualquier casa o aula de infantil o primaria.

Se trata de un material recomendado a partir de los tres años o cuando el niño esté interesado por la temporalidad, los números, el clima y la esquematización de una rutina u horario.

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Durante toda mi experiencia profesional he contado con herramientas similares de construcción casera o DIY, como ahora se llaman, pero que al final resultaban menos resistentes y llamativas para los peques que esta opción que hoy os presento de la mano de Dideco.

Este material es muy útil para crear hábitos y rutinas en los niños, sobre todo en mi campo dentro de la atención temprana y la discapacidad, donde se tiende a realizar las mismas pautas de iniciación y finalización de sesiones para estructurar y centrar al niño en el contexto y que así les sea más sencillo comprender el inicio y el fin de las sesiones, el saludo y la despedida.

En mi caso, lo he empleado de forma habitual en el inicio de las sesiones y os cuento cómo:

– Podemos comenzar por el clima, algo que los peques de dos años con ayuda del adulto, son capaces de hacer mirando por una ventana o tras haber estado en la calle.

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Al principio podemos tratar de ayudarles a colocar el casillero sobre el clima que corresponda. Luego lo podrá hacer el peque sin ayuda.

– Después podemos seguir con los días de la semana, donde podremos trabajar de la misma manera descrita que con el clima.

Además los días de la semana incluyen el dibujo de unos círculos bajo el nombre según si es lunes (un círculo o punto), martes (dos), miércoles (tres), jueves (cuatro), viernes (cinco), sábado (seis) o domingo (siete).

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Éstos a su vez están pintados en diferentes colores para diferenciarse unos de otros y del mismo modo poder enseñar a los peques a diferenciar al principio cada día de la semana por su color, algo que ayuda mucho al inicio.

– Más adelante podemos tratar de integrar los meses y las estaciones del año, algo que suele resultar sencillo para ellos, ya que no cambia con frecuencia, sino que cambia cada mayor tiempo respecto al resto de componentes de la tabla.

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Los meses del año suelen aprenderlos de forma sencilla desde pequeños y, de la mano, sucede lo mismo con las estaciones de año, donde además suele potenciarse su aprendizaje a través de algunas manualidades o actividades en clase, como recoger hojas de los árboles en otoño, pintar flores en primavera…

Por todo ello podemos trabajar su adquisición a través de este material y recordar el mes y la estación en la que nos encontramos cada día, para que el peque lo integre y aprenda.

El mejor modo es hacerle partícipe de la colocación correcta de la flecha, pidiéndole que la sitúe sobre el mes en que nos encontramos y, de este modo, observará directamente la estación del año en la que estamos según el mes. La misma flecha señala ambas cosas.

– Lo siguiente sería la adquisición de los días del mes, algo que con rutina y trabajo diario podemos hacer que el niño integre al cabo de pocos días, ya que podemos trabajar la temporalidad, haciéndole recordar qué día fue ayer para comprender que hoy es un día más, es decir, si ayer fue día 9 y lo pusimos en el calendario, hoy será un día más, por lo tanto día 10. Poco a poco irá recordando la fecha del día anterior y situando la del día de hoy.

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Esto les hará integrar y tener percepción del tiempo y los días, algo que trabajando el día y la noche les hace comprender e interiorizar mejor este concepto.

– Por último, trabajaremos las horas y los minutos, de manera muy visual y sobre la tabla. En el reloj observamos: horas de 1 a 12 y de 12 a 24, minutos, cuartos de hora y las horas en punto.

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Podemos trabajarlo primero con orientación respecto a las rutinas diarias fijas del niño, es decir, si siempre nos levantamos a la misma hora, podemos pedirle que coloque las agujas del reloj a la hora que nos levantamos, para que relacione esa posición con la mañana y la hora de levantarse.

Si queremos que comprenda cuánto queda para realizar algo, o a qué hora haremos algo, como por ejemplo: “¿a qué hora acaba la clase?”, podemos explicarle que cuando la aguja pequeña marque el 5, por ejemplo, y la grande el 12. Explicándole al peque que eso son las cinco de la tarde y será cuando nos vayamos.

La temporalidad se les puede explicar en relación a hábitos del día a día, como por ejemplo, es por la mañana cuando nos levantamos, es mediodía cuando comes, es por la tarde cuando sales del colegio, es por la noche cuando nos vamos a dormir. También les podemos ayudar a estructurar las acciones en relación a hábitos, como por ejemplo, iremos al parque después de merendar.

Este concepto es esencial para que el niño tenga seguridad y sepa situarse en relación al tiempo, ya que conocer los tiempos hace que sepa anticiparse a las rutinas, tenga conocimiento y estructura de su vida y pueda saber qué va antes y después de cada día, hora y minuto.

Además este material favorece significativamente la atención del niño, tanto individual como conjunta con el adulto que le enseñe, ya que es un aprendizaje muy significativo y que es útil y necesario para toda la vida.

La memoria también se ve potenciada a través de esta tabla, donde el esfuerzo y el aprendizaje diario harán que se alcance su adquisición total.

Además la tabla puede emplearse sobre una mesa de forma portátil o colocándola en la pared, con unos clavos sobre los agujeros que lleva integrados, algo que es muy útil y libera espacio en la habitación y da visibilidad al juguete, que es muy atractivo y bonito, con colores llamativos y un aspecto clásico y sencillo, que ha encantado a todos los peques con los que hemos trabajado.

Además, me parece que su precio es muy bueno para la utilidad tan prolongada que tiene y la calidad tan buena que ofrece. Podéis encontrarlo por menos de 24€ en vuestra tienda Dideco más cercana o en su página web, aprovechando su envío a España y Europa.

¡Un material muy aconsejable y útil para todos los peques!

Huevos encajables de Dideco, un gran acierto!

Hoy os vengo a hablar de un juguete que hace tiempo tengo en mente para el Blog, ya que incluye muchos beneficios y cualidades dentro de un atractivo y manejable diseño.

Os voy a hablar de los Huevos encajables y formas de Tomy para Dideco.

Vienen seis huevos presentados en una huevera amarilla que puede abrirse y cerrarse por un niño fácilmente.

Al abrir la huevera encontraremos seis huevos de diferente color y aspecto, que pueden abrirse por la mitad cada uno de ellos.

Dentro de cada huevo encontramos un pollito, cada uno de un color distinto, siendo todos muy llamativos.

Por lo tanto con esta presentación, se nos ocurren mil y una actividades distintas para trabajar a partir de los seis meses con los peques.

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Lo primero de todo, es su fácil manejo y manipulación, ya que se trata de formas no muy grandes ni muy pequeñas, que un niño de más de seis meses ya puede sostener en sus manos.

Es verdad, que aunque su edad recomendada es a partir de los seis meses, yo esperaría a ofrecérselo cuando pueda estar sentado con autonomía, sin necesitar ayuda ni sostén, dejando sus manos libres para el juego y la manipulación. De este modo el niño podrá jugar junto al adulto sentados en el suelo y compartiendo la actividad.

Os voy a dividir las posibilidades de juego según cinco etapas, siendo la primera para los más pequeños e incrementando en complejidad según la etapa y la edad del niño.

Primera etapa:

Gracias a la forma ovalada de los huevos, los peques podrán sostener en sus manos primero un huevo con ambas a la vez y luego uno en cada una. Lo primero que observaremos es cómo a esta edad (ocho meses) les gusta chocar los objetos entre sí y ver qué sonido emiten.

Más adelante tratarán de sacarlos todos de la huevera, volcándola o de uno en uno. Como os he comentado, los huevos se dividen en dos mitades, por tanto tendrán doce piezas para sacar de la caja.

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Al abrir los huevos encontramos como al presionar los pollitos se emite un sonido similar al de un polluelo piando, algo que llamará la atención de los más pequeños y les hará partícipes activos del juego, que a todos les encanta.

Segunda etapa:

Según el niño vaya haciéndose más mayor y vaya adquiriendo mayores habilidades manipulativas, empezará a investigar más el juguete. No vaciará la caja y la llenará solamente, como hacía antes, sino que ahora tratará de unir ambas mitades de cada huevo. Es verdad que todas las mitades encajan con cualquier huevo, algo que simplifica esta función para ellos. No se unen entre sí por color ni forma, sino que todos encajan unos con otros. Esto lo hará en torno al año de vida.

Tercera etapa:

A partir de los doce meses el niño es más maduro y consciente del entorno que le rodea.

Observamos que en la base de cada huevo cada uno tiene una forma. Hay seis diferentes: corazón, triángulo, estrella, cuadrado, cruz y círculo. Así mismo la huevera tiene estas formas encajables en su base. De este modo, el niño tiene que tratar de encajar el huevo a la forma que corresponde, algo que hace el juego muy atractivo para empezar a estimular la capacidad espacial del peque, de abstracción y su motricidad fina.

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Para ello el niño deberá observar la figura que aparece en relieve bajo el huevo y situarla sobre la base a la que corresponde. Esto hará que comience a unir iguales y entienda la diferencia entre igual y distinto. Al principio, muchos tratarán haciéndolo en base al proceso ensayo-error, hasta que acierten y comience a ser un proceso más complejo, de unión consciente y no por casualidad.

Cuarta etapa:

Podemos potenciar los colores a través del juego, a partir de los dos añitos, ya que cada uno de ellos es de un color. Las caras de los huevos están pintadas del color a que deben ir unidos sus pollitos, por lo tanto, observamos cómo cada uno corresponde a un color distinto, trabajando de nuevo la unión entre sí por cualidades iguales.

De este modo el niño unirá la parte superior del huevo con la posterior según su color.

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Quinta etapa:

Los huevos ofrecen una parte realmente interesante en cuanto a mi profesión como Estimuladora en Atención Temprana, aparte de lo que os he comentado anteriormente, podemos trabajar las emociones a través de cada huevo. Podremos hacerlo a partir del año y medio o dos años de edad, aunque nos servirá hasta los cuatro o cinco años fácilmente.

Cada uno de ellos incluye una expresión facial que muestra un sentimiento diferente en cada caso.

Podemos observar como:

– el huevo verde está sonrojado, muestra vergüenza o rubor.

– el rosa está durmiendo o cansado.

– el azul está contento o feliz.

– el amarillo está asustado.

– el morado está enfadado o gritando.

– el naranja está hambriento.

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Del mismo modo, cada pollito expresa el mismo sentimiento que la cáscara de huevo que le recubre. Una vez más el juego nos da la posibilidad de unir unas partes con otras a través del concepto de igualdad.

Las emociones deben ser trabajadas desde la primera infancia, ya que un niño que reconoce los sentimientos y las emociones en sí mismo, es capaz de expresarlas verbalmente e identificarlas, algo que le ayudará a la hora de comunicarse y sentirse bien consigo mismo y con su entorno.

En muchas ocasiones encontramos niños que se enrabietan y no tienen estrategias para comunicar lo que sienten, de este modo, si aprendemos a identificar os sentimientos, jugando a poner caras de enfado, alegría, miedo, sueño o tristeza; cambiando los tonos de voz, poniendo palabra a las emociones y jugando simbólicamente, el niño aprenderá a manejar sus emociones y a exteriorizarlas de un modo adecuado.

En conclusión: los huevos encajables y formas de Dideco son unos huevos con millones de posibilidades, donde fundamentalmente podemos jugar en familia o con los peques en sesión o con la ventaja de saber que pueden jugar solos desde muy pequeños, ya que sus piezas son lo suficientemente grandes para no ser peligrosas para ningún niño.

Es un juguete que llama la atención de los niños e invita a la permanencia en un mismo juego, sin necesidad de ayuda permanente del adulto y dando pie a la exploración y el manejo por parte del niño, probando y ensayando por sí mismo.

Su atención y su capacidad espacial y de abstracción se verán potenciadas por el encajable de huevos y además estimularemos las habilidades de motricidad fina y emparejamiento de iguales.

Y, por último, quiero destacar algo a lo que no suelo hacer mucha alusión en mis posts, pero en este caso merece la pena que os comente que tiene un precio realmente sorprendente de poco más de 15€.

Mental Blox, un juego de construcción, imitación y lógica

Mental Blox de Imaginarium es un juego dirigido a niños de seis o más años que potencia diferentes habilidades cognitivas, haciendo trabajar el razonamiento matemático, la realización de series de varios elementos, los conceptos numéricos, la capacidad espacial, la coordinación, la direccionalidad, los adverbios de lugar, la secuenciación, la imitación de una imagen en la realidad y un sinfín de ejercicios más que el niño irá descubriendo a lo largo del juego.
Viene presentado en una caja de cartón que contiene veinte piezas con distintas formas geométricas de plástico rígido y cuarenta tarjetas con diferentes órdenes a seguir.
Las tarjetas son las que guían la actividad. La dificultad incrementa según va avanzando el juego. Es decir, la tarjeta número uno es la más sencilla, siendo, por lo tanto, la número cuarenta la más compleja.
Se puede leer cada orden en doce idiomas diferentes, algo que también resulta muy interesante y enriquece el juego.
Para poder comprender mejor de qué se trata os pondré unos ejemplos:
– Tarjeta número 1: «Continúa esta secuencia con una forma y color que no se haya usado antes»
Nos ponen tres piezas en línea de las cuales nos piden no volver a repetir ni figura ni color, por lo tanto en nuestro caso optamos por colocar una cruz azul.
– Tarjeta número veinticuatro: » Ninguna esfera se ha usado en esta estructura. ¿Dónde las añadirías para hacerla más alta pero no más ancha?»
En este ejemplo hemos añadido una esfera más sobre el cuadrado de la izquierda aunque podríamos haber añadido todas las esferas que fuéramos capaces de sostener en equilibrio.
En conclusión, es un juego realmente entretenido, lleno de posibilidades, ya que no termina una vez realizadas todas las tarjetas, porque podemos añadir gran cantidad de ideas a las que ya vienen dadas, y seguir disfrutando del juego mucho tiempo.
No tengo duda de que no sólo puede entretener al niño sino que incluso puede encantar a la familia al completo, ya que se puede jugar solo o por parejas o también en grupo, fomentando el trabajo y la cooperación en equipo o la rivalidad y competitividad.
Un juego sorprendente y que tenía ganas de mostraros, ya que es para niños más mayores a lo que habitualmente os tengo acostumbrados.
 Muy recomendable para jugar en familia o como juego para la clase del colegio.