Apilable de seis cubos Topanifarm de Dideco

Si tenéis peques de más de un añito Topanifarm os va a encantar y a ellos más!
La primera ventaja es su colorido, los dibujos de la granja de sus cubos y lo atractivo de su diseño.
Además sus piezas son súper manejables y fáciles de manipular por los chiquitines.
Los cubos son de cartón resistente, lo que hace que sean ligeros y las figuras de los animales son de plástico blandito y suave. Son seis cubos de distintos tamaños y seis animales diferentes.
Llevaba tiempo buscando un juguete de este tipo para potenciar la capacidad espacial del niño y la permanencia de objeto, aunque también tiene otras muchas utilidades 
que os cuento a continuación.
Lo primero que sucede al presentarle el juguete a niños de uno a dos años es que tratan de apilar los cubos en torre y derribarlos a modo de destrucción, algo que les encanta.
También examinan cada animalito e imitan sus sonidos, realizan las onomatopeyas que produce cada uno y tratan de apilarlos sobre los cubos o esconderlos dentro.
El juego simbólico aparece sin darnos cuenta gracias a las posibilidades que da este juguete.
Los animales y sus cubos con dibujos invitan al simbolismo, a la representación y a que los niños den vida, imaginen y creen historias a partir de ellos y sus cubos de cartón.
Hacen que son sus casas, la granja de todos, que se esconden, que hablan, que juegan juntos… Y todo lo que su imaginación les deje crear.
Los números vienen escritos del uno al seis en una de las caras laterales de cada cubo, lo que nos hace aprender dichos conceptos y comprender el significado de cantidad o reconocer su grafía.
Podemos jugar a emparejar iguales, usando una de las caras del cubo, donde aparece el dibujo del animal y uniéndolo al animal de goma que tenemos. Ya que cada uno tiene un cubo personalizado para cobijarse.
La capacidad espacial se puede potenciar a partir de los dieciocho o veinticuatro meses, ya que el peque aprenderá los conceptos y adverbios básicos de lugar, como arriba, abajo, dentro, fuera, detrás o delante.
Más tarde, hacia los tres años podremos favoreced conceptos más complejos, como la derecha, la izquierda, detrás del cubo, delante del animal, arriba del cubo izquierdo…, y otros muchos conceptos que incluyan dos órdenes dentro del mismo enunciado.
Comprender los adverbios de lugar y saber emplearlos es muy importante a la hora del desarrollo del lenguaje expresivo y del compresivo. Ambos necesitan de una estructura que nos da el uso del espacio en la narración.
La permanencia de objeto es un proceso que se desencadena en el niño a partir de los ocho meses, aunque necesita un desarrollo continuo para acabar afianzándose a los dos años aproximadamente. (Podéis encontrar información sobre ello aquí, donde Piaget desarrolla su teoría y la explica de una manera fantástica).
Se dice que un niño adquiere la permanencia de objeto cuando es consciente de que éste (los animales en este juego) no ha desaparecido al cubrirse o esconderse bajo una o más pantallas (los cubos en este caso), sino que está bajo ésta, que es independiente. Es decir, el niño sabe que al cubrirse el animal con el cubo sigue bajo el cubo, no es que haya desaparecido del mundo, como antes pensaba que había sucedido.
Dentro de mi campo de la atención temprana y la estimulación, es muy importante trabajar dichos conceptos con los niños y valorar su capacidad de comprensión y/o expresión, ya que en la mayoría de las ocasiones su nivel expresivo no va unido al comprensivo al tratarse de niños con alteraciones en el desarrollo o discapacidad.
TIPOS DE JUEGO:
El juego puede ser libre o guiado, dependiendo del objetivo establecido con los niños.
Si queremos que desarrolle la imaginación y el simbolismo, podemos entablar el inicio con una lluvia de ideas para plantear posibilidades de historias o juegos con los elementos del juguete; como por ejemplo: podemos jugar a ser todos el animal que tenga nuestro compañero de al lado, podemos jugar a movernos por la sala como la gallina, a mugir y caminar como la vaca, etc., hasta que sin darnos cuenta los niños hayan cogido ideas y hayan creado su propio juego gracias a una pequeña ayuda inicial.
También podemos guiar el juego haciendo que sigan las normas que el adulto da. De este modo estaremos trabajando la comprensión, la atención y la memoria.
Jugar a destruir las torres o a crear nuevas también puede ser por turnos, fomentando el trabajo en equipo, la espera y la paciencia.
Como veis, este juguete es espectacular. Algo muy sencillo que hace que la imaginación vuele y busque mil maneras de usarlo, de entretenerse, de ver más allá del cucú-tras y de los animales.
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