La llegada de un nuevo hijo a la familia nos enfrenta a grandes cambios en nuestras vidas, y por lo tanto en la rutina, en las relaciones familiares y en todas nuestras costumbres.
El hermano o hermana mayor necesita ser acompañado en este proceso de manera respetuosa, segura y consciente. Debe sentirnos entregados a sus necesidades, acompañándole sin juicio, con amabilidad, empatía, comprensión y paciencia.

Quizás haya niños que se adapten rápidamente al proceso de ser uno más, pero habrá quienes necesiten más tiempo para comprender que un nuevo hermano ha llegado y que va a quedarse el resto de nuestras vidas con nosotros.
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