Llegan las vacaciones escolares, y con ellas la ausencia o el cambio de rutina suele ser algo habitual.
Hay quienes tratan de llevar un horario semejante al adquirido durante el curso para no cambiar mucho los hábitos y hay quienes, por el contrario, prefieren salirse de la rutina y aprovechar estos meses de descanso para realizar tareas novedosas o dejar de lado el reloj.
Como te cuento en este post, salirse de la rutina puede ser algo muy beneficioso para nuestros hijos e incluso para nosotros mismos.
La ausencia de un mismo horario y unas tareas cerradas, puede hacernos descubrir nuevas inquietudes, querer desarrollar diferentes actividades, alcanzar nuevos aprendizajes o interesarnos por distintos temas que hasta ahora no nos habían atraído o no se habían puesto en nuestro punto de mira.
Además, el verano nos permite acceder a nuevos entornos, ambientes, actividades más espontáneas o ausencia de horarios cerrados, por lo que puede ser una oportunidad idónea para desarrollar planes diferentes y poder disfrutar de otro modo de vida distinto al que llevamos durante el curso escolar.
La ausencia de rutina nos ofrece grandes beneficios que cada uno debe ser capaz de valorar y resaltar, para poder disfrutar de ella y descansar del bucle constante de tareas, horarios y obligaciones que supone el curso de septiembre a junio.
Aquí tienes mi post en colaboración con el blog de Tutete, donde poder descubrir todo lo positivo que tiene salir de la rutina escolar.
Y tú, ¿crees que es positivo salir de la rutina? O por el contrario ¿prefieres seguir manteniendo los mismos horarios y hábitos que durante el curso?
