Cómo conciliar el sueño en tiempos de coronavirus

Hace unos días mis hijos empezaron a mostrar dificultad a la hora de conciliar el sueño.
La falta de actividad física y el hecho de estar dentro de casa todo el día durante más de 60 días, estaba empezando a ser muy notable a la hora de sentirse cansados y poder así acostarse y quedarse dormidos fácilmente.

Y esto me hizo darle varias vueltas. No me gusta conformarme con las situaciones que no fluyen en el día a día o dejarlas en manos de la suerte, sino que trato de darles una vuelta para ver cómo gestionarlas para que cambien o al menos intentarlo.
Me encanta que el momento de acostarles sea positivo y nos despidamos bien del día, que ellos se acuesten mejor y se sientan felices en ese momento que les cuesta tanto parar y relajarse.

Y fue así cuando pensé que podría aplicar en ellos lo mismo que a mí misma me estaba funcionando en momentos de mayor estrés o ansiedad.
La meditación o la relajación me está sirviendo de gran ayuda en momentos del día donde aflora el estrés, el ruido o las discusiones.img_6509Y entonces se me ocurrió iniciar una rutina para ir a la cama cada noche de una manera diferente, siguiendo estos pasos:

1- Poner música calmada (cosa que hacemos cada noche desde que nacieron). Nos gustan mucho Enya o Coldplay, entre otros. Pero estos son lo que mayor aceptación tienen para ellos en esta franja horaria.

2- Abro la ventana y echo las pesadillas afuera. Les digo que las pesadillas se van por la ventana y que cuanto menos las llamemos menos vendrán. Que debemos hacerlas de menos para que no nos invadan. Nos reímos de ellas un rato, burlándonos de ellas y haciendo mofa, para restarle importancia a esta situación. A nosotros nos funciona.

3- Me tumbo con ellos para darles seguridad y calma, y les explico que hasta que no se duerman no me iré.img_65074- Y aquí viene el cambio que hemos integrado, ya que muchos días empezaban las risas, las conversaciones interminables y no se dormían hasta pasada una hora o incluso más. Ahora hacemos esto:
Les pregunto a dónde quieren viajar. Ya que cada noche entrábamos en el bucle de a dónde iremos cuando esto acabe, si tendremos playa este verano o si volveremos al parque de atracciones.
Al preguntarles a dónde queremos ir hoy, ellos me dicen un par de ideas y con eso construyo una historia de teletransporte a través de mi voz.
Les relato una historia centrada en los sentidos (gusto, vista, tacto, oído y olfato), donde les narro a dónde vamos, que vemos, qué olemos, qué tocamos y percibimos.
Por ejemplo: me dicen quiero volver a la playa mamá, o quiero ir a una casita del campo.
Y les cuento cómo viajamos hasta allí y lo que vemos al llegar.
“Vemos una casita preciosa de piedra blanca y ladrillo, abrimos su puerta de madera y tiene una entrada enorme con un banquito. Huele a bizcocho recién hecho y sentimos el calor de la leña y la chimenea.
Salimos a dar un paseo por el campo, por un caminito de piedras, y nos desviamos por la montaña, tocando la hierba que nos rodea, nos tumbamos sobre ella y la notamos húmeda y fresca. Además rozamos la hierba entre los dedos y vemos el cielo azul lleno de nubes con formas maravillosas.
Soy capaz de ver un conejo entre las formas de las nubes, y una oveja, y también veo los rayos del sol que me dan calorcito y me hacen sentir bien.”

Y así continuamos todo lo que deseemos hasta crear una historia maravillosa llena de sentimientos que nos teletransportan a un momento ya vivido y a experiencias sensoriales que tanto añoramos ahora que estamos confinados. Siendo capaces de volver a sentir, imaginar, oler, percibir sensaciones que nos agradan y nos teletransportan a otros parajes.

Si para los adultos es posible teletransportarnos a donde la voz nos guíe, para los niños aún más. Son más imaginativos y creativos y siguen la guía de la voz al pie de la letra, metiéndose en la historia de lleno.

Y prácticamente sin darnos cuenta, nos habremos relajado todos de una manera preciosa, en familia, viajando a donde ahora mismo no podemos ir físicamente pero si a través de nuestra imaginación.img_5094Regular el tono de voz, siendo un tono bajo pero sin susurros, con una narración pausada, manteniendo la historia y la coherencia, será el modo de propiciar la relajación de los niños y niñas e incluso de los adultos.
Además debemos buscar sensaciones placenteras, agradables y que añoren, pero que sean calmadas (el agua del mar que acaricia sus pies, sentir el sol sentados sobre la hierba, dar de comer a un pajarito, oler una flor, acariciar un conejito, oler la leña del pueblo…).
En ningún caso debemos abordar emociones que les asusten o desagraden. El fin principal es que concilien el sueño de una manera placentera y agradable.
Además de recibir una experiencia de amor y cariño, que su madre o padre les brinda y comparten y, que atesorarán para el resto de sus vidas.

Y en menos de lo que leéis este post, vuestros hijos e hijas habrán conciliado el sueño de una manera diferente, dedicándoles un tiempo único, con mucho amor y sabiendo que dejaremos en ellos una estrategia para aprender a relajarse cuando así lo necesiten, dándoles herramientas funcionales para el resto de sus vidas.
Ah, y no se si será coincidencia o suerte, pero desde que hemos iniciado este nuevo método, descansan toda la noche a gusto y tranquilos. Os animo a probar y compartir vuestras experiencias.

5 comentarios en “Cómo conciliar el sueño en tiempos de coronavirus

  1. Sandra dijo:

    Qué buena idea! Yo hice algo similar hace unas noches, porque llevamos unas semanas que, aparte de que le cuesta dormir porque está menos cansada, nuestra hija de 4 años y medio dice que tiene miedo y se viene a dormir todas las noches a nuestra cama… En este caso le entró la angustia de madrugada, no se le pasaba de ninguna de las formas, y me inventé que nos íbamos volando por el cielo en un coche de nubes, y llegábamos a un castillo hecho de nubes en el cielo, con una cama de nubes, sentíamos calor del sol y una ligera brisa… Y en pocos minutos se relajó y se quedó dormida! Me apunto lo de los viajes para cambiar de «destino» y también lo de incorporar cosas en la historia de todos los sentidos, genial idea! Gracias por compartirlo y ánimo con el bebé y los 2 niños!

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