¿Cómo podemos ayudar a sobrellevar mejor los cambios a los niños?

Normalmente la mayoría de las familias tienen una base de la que parten sus rutinas, sus horarios, sus hábitos y costumbres.
Esto es lo que les conforma como familia, como su propia y única familia. Lo que los distingue del resto y les hace tener su propia identidad.

Al inicio, la pareja que se haya creado antes de tener hijos, tiene sus hábitos y rutinas, pero al llegar el primer hijo, esto cambia y, tanto el bebé como los padres, deben hacerse a este cambio, reestructurando las normas, los hábitos y las costumbres. Creando una nueva rutina y añadiendo o eliminando ciertas costumbres que entran en beneficio o perjuicio para su familia, siempre partiendo de según sus ideales.

Y ¿no es verdad que como pareja, el cambio de dos a tres es todo un desafío? ¿No os sucedió que todo se removió y hubo que reestructurar algunos pilares en los que os habíais asentado hasta ahora? ¿Este cambio que tanto deseabais no os hizo sentir muchas emociones?
Creo que está claro que la mayoría de los que tenemos hijos pensamos que nos aportan cosas increíbles y que haberlos tenido es de lo más maravilloso, pero la realidad es que los cambios nos cuestan y nos desestabilizan.
El proceso es costoso y se necesita tiempo, estabilidad y crear una nueva rutina con nuestro nuevo presente.img_6507Y ¿por qué os pongo en esta situación? ¿Por qué emplear este ejemplo?
Porque para los niños sucede algo muy parecido. Para ellos cada cambio en sus hábitos o costumbres, suele suponer grandes sentimientos.

¿QUÉ SIENTEN NUESTROS HIJOS ANTE UN CAMBIO? 

Incertidumbre: no saben si el cambio supondrá algo bueno o malo y les cuesta hacerse una idea de algo que aún no han percibido. Los niños son el ahora y el durante. No son capaces de pensar en la situación posterior poniéndose en lo que sucederá.
Según crecen van comprendiendo más y se anticipan mejor a ciertos cambios si se les explica, pero cuando son pequeños no tienen conciencia del tiempo, más allá de unas horas antes o después, y les cuesta estructurar todo en su cabeza de manera ordenada y coherente.
Miedo: muchas veces prefieren lo malo conocido que lo bueno por conocer. Quizás aquello que venga sea peor, y cambiar les da miedo.
Hay que saber explicarles adecuadamente, con sinceridad y un vocabulario sencillo, lo que va a cambiar y lo que supondrá. De este modo rebajaremos su ansiedad y sus miedos.
Rechazo: muchos peques se niegan al cambio y en nosotros está la clave para pintárselo de mil maneras para que el cambio les resulte atractivo y motivador.
Si ven que nuestra predisposición es positiva, se dejarán guiar más fácilmente, ya que somos el espejo donde se miran y dar ejemplo suele ser el mejor apoyo y la mayor guía para ellos.
Desajustes en sus hábitos: puede que se hagan pis de nuevo en la cama, o que no quieran comer o les cueste ir al colegio, ya que la inseguridad y la preocupación se ve trasladada a todos los campos.
Los niños exteriorizan habitualmente muy bien lo que les sucede. Aunque no encuentren palabras, puede que sus actos, sus emociones o sus sentimientos acaben aflorando por otro lado. Debemos estar pendientes de captar esta demanda de ayuda por su parte para acompañarles en sus temores, miedos e inseguridades.
Rabietas: esta palabra no me gusta nada. Puede que muchos peques al no saber gestionar sus emociones, muestren frustración, enfado, llantos, gritos… cualquier modo de hacernos ver su enfado ante el cambio.
Es positivo que el peque muestre sus sentimientos y que nosotros sepamos reconducirlos acompañándole en este proceso, dando apoyo y siendo empáticos. Mostrémonos como nos gustaría que se mostraran con nosotros.
Tengamos en cuenta que el niño no quiere desafiarnos, contradecirnos o retarnos, simplemente es su manera de hacernos ver lo que le está pasando.IMG_8789Nerviosismo: puede que el niño no consiga dormir bien, sienta que necesita más cercanía y afecto, que busque aprobación ante todo lo que hace.
Nuestro papel debe ser el de la firmeza y el cariño. Siendo cercanos y constantes. Es decir, nos mostraremos cariñosos pero sin dejarnos llevar por el plano emocional, ya que debemos transmitir calma, compañía y serenidad. Somos su guía y el espejo donde se miran. Si nosotros dudamos, le transmitiremos inseguridad.
Sorpresa: puede que tras haber hablado mucho de algún cambio concreto que va a acontecer, el peque no muestre ningún aspecto de los anteriormente nombrados, pero cuando llegue el momento se muestre sorprendido o incluso exteriorice sentimientos poco ajustados a la realidad, como alegría desmesurada, ilusión o tristeza extrema, incluso negación.

Y, ¿QUÉ PODEMOS HACER PARA AYUDARLES? ¿CUÁL ES NUESTRO PAPEL?

Debemos tener en cuenta que hay niños que necesitan rutinas y horarios para sentirse seguros y tranquilos en su día a día. Pero bajo mi punto de vista, es necesario que acostumbremos a los niños a los cambios a responder a éstos de manera ajustada, sabiéndose adaptar y comprender los giros que da la vida en muchos momentos donde no podemos controlarla.

Siempre que podamos, debemos anticipar los hechos y asegurarnos de que comprendan en la mayor medida posible lo que va a suceder, empleando un lenguaje sencillo y ajustado a la edad y la comprensión del niño.

Como también os contaba en este post, debemos anticipar pero jamás mentir al niño. Es necesario que no empleemos la mentira como un arma, ya que la desconfianza y las inseguridades aumentarán y crearán mayores miedos.img_1876Debemos emplear nuestro cerebro racional para relativizar la importancia de los cambios y dar valor a lo que realmente lo tiene.

Y sobre todo, emplear el optimismo y la motivación hacia los niños, alentándoles en lo que hacen y en lo que pueden lograr si se lo proponen.

La inflexibilidad en los niños y los adultos existe, pero la vida no es un camino recto, sino que hay muchos posibles caminos, curvas, puentes, baches, caminos cortados e incluso prohibidos, por lo que debemos aprender a conducir por nuestra propia vida para hacer el camino lo más bonito y agradable posible. Además, siempre que cambiamos el camino podemos encontrar lugares y destinos que quizás no pensábamos descubrir y pueden suponernos aventuras maravillosas.

Y tú, ¿tienes peques a los que les cuestan los cambios? ¿Sueles emplear rutinas y horarios en el día a día? ¡Espero tus experiencias!

2 comentarios en “¿Cómo podemos ayudar a sobrellevar mejor los cambios a los niños?

  1. Ana dijo:

    Pues muchas gracias por el post, porque aunque sabía todas estas cosas no está demás que te recuerden que todo lo que pasa es «normal» y qué pasará. Hemos cambiado de ciudad por tema laboral, y el centro ámbito es drástico. Mi hijo de dos años está desquiciado, y eso que hemos anticipado meses antes. Y la pequeña de 7 meses también acusa el cambio hasta fisicamente…En fin..Paciencia y al toro!!!

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