Descubriendo «Laberinto del alma»

Hoy quiero sumergiros en este nuevo título de Anna Llenas, Laberinto del alma, de la editorial Planeta.

Un libro de un tamaño fantástico, ya que es grande, con tapas duras, con ilustraciones a dos caras y perfecto para leer en grupo o mostrar en el aula o en mis sesiones a varios peques a la vez o disfrutarlo uno mismo sumergiéndose en sus páginas sin ojos para ninguna otra distracción.

Si quieres viajar a través del camino que Anna nos propone hacia nuestro alma no dudes en descubrirlo.

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DESCRIPCIÓN
Este libro es un básico imprescindible en cualquier librería tanto infantil como adulta, incluso me gustaría añadir, que dependiendo de la edad con la que se mire y aprecie, podremos sacar una lectura u otra y una funcionalidad u otra.

Yo lo recomiendo ya como uno de mis imprescindibles para identificar y trabajar emociones.

El libro habla de 58 estados del alma que propone la autora como algunos de los posibles, ya que existen miles de estados y no hay un número concreto de ellos.

A través de las ilustraciones podemos entender mejor cada estado y además con ayuda del adulto y de la narración que aparece en cada uno de ellos, entenderán o entenderemos mejor lo que cada uno nos hace sentir y expresar.

MODOS DE USO
1- A partir de los 3-4 años podemos empezar a trabajar las emociones del niño enseñando aquellos estados que le sean más fáciles de diferenciar en sí mismo y en el resto, como la alegría, la rabia, la tristeza o la suciedad.
También podemos trabajar a través de las marionetas, de la representación de cuentos o la música, dejando que el peque exprese lo que siente su alma y siendo consciente de los diferentes estados de éste. Es esencial enseñar a los niños desde bien pequeños (2 años) a poner palabras a sus emociones y saber identificarlas y de este modo poder verbalizarlo, haciendo que se minimicen sus frustraciones, rabietas y de más sentimientos.

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2– Hacia los 5-6 años, podemos empezar a mostrar otros estados a los niños, más abstractos y complejos, como los celos, el asco, le amor, la ilusión, el miedo…
Además en esta etapa los niños comienzan a empatizar mucho más. Son capaces de ponerse en el lugar del otro y de lo que éste siente. Es una etapa más madura en la que podemos trabajar a través de materiales más complejos.
Por ejemplo podemos hacer que dibuje lo que siente cuando se encuentra en un estado de los anteriormente nombrados o que haga un collage con recortes, materiales diferentes o pinturas y que dejen fluir sus emociones o realicen una obra en torno a un estado concreto.
Es importante ponerles ejemplos cotidianos sobre diferentes estados y verbalizar lo que sienten y vemos que padecen, dándoles así herramientas útiles para expresarse y comunicarse con los demás. También podemos tapar el texto de cada ilustración y tratar de adivinar entre todos el estado del que se trata.
Poco a poco se irán convirtiendo en seres más sociales y necesitarán de herramientas funcionales para tener una buena y exitosa relación con su entorno.

3– A partir de los 7-8 años podemos empezar a observar cómo los niños van adquiriendo cierta madurez para comprender términos que antes eran abstractos para ellos, como lo son la muerte, el egoísmo, la creatividad, el respeto o la confianza.
Son estados esenciales de nuestras vidas, que tarde o temprano aparecen y debemos saber enfrentarnos a ellos con las herramientas adecuadas.
Todo ello podemos fomentarlo a través de juegos por equipos, películas de cine, deportes, obras de teatro, ejemplos cotidianos, juegos de rol…

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4– A partir de los 10 años podremos tratar los estados más complejos, como son la duda, el arraigo, la contención o la serenidad. Son emociones o sentimientos difíciles de identificar en los demás e incluso en uno mismo.
Para ello la vida nos expone ante varios ejemplos o vivencias donde debemos saber identificar y conocer lo que estamos viviendo y cómo exteriorizarlo o canalizarlo.
En esta etapa es esencial el diálogo con nuestros hijos y/o alumnos, la conversación sin juzgar, la escucha y comprensión, los juegos en grupo incluyendo a todos, la asertividad y empatía en el grupo, la realización de tareas por turnos y compartiendo los gustos de todos, reservar tiempo para cada cosa…

La base del ser humano son sus estados del alma. Saber identificarlos, compartirlos y expresarlos es imprescindible para una correcta relación de uno mismo con su entorno.
Las emociones deben trabajarse desde que el niño nace para que según vaya creciendo sepa canalizarlas de la mejor manera posible, siendo capaz de expresarlas adecuadamente y sobre todo interpretarlas e identificarlas.

*Me encantaría dar las Gracias a Anna por este regalo para los sentidos y por hacérmelo llegar de manera personal con tanto detalle y cariño. Gracias Anna por tu cercanía y sobre todo por tu maravilloso trabajo. Te superas cada día más y más.

*Podéis encontrar este título tanto en castellano como en catalán.

Si quieres compartir conmigo tu experiencia o algún título que te parezca interesante no dudes en dejarlo en los comentarios!

PUEDES COMPRARLO AQUÍ.

5 comentarios en “Descubriendo «Laberinto del alma»

  1. julia rubia montañez dijo:

    Me encanta este mundo,soy psicologa acabo de terminar master en psicologia general sanitaria y vivo en cartagena,murcia.Estoy buscando trabajo en este campo y me gustaria me dijeras si sabes donde puedo buscar en la region de Murcia.Tambien que me recomendaras todos los libros para niños de cuatro años,mi hijo tiene esta edad. En Junio hara los cinco.Muchas gracias

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