La importancia del vínculo afectivo

Si hay algo esencial en la crianza de los niños es el vínculo afectivo.
Es algo de lo que todos oímos hablar pero no sabemos muy bien cómo potenciarlo de una forma sana y positiva, sin llegar a ser sobreprotectores o posesivos, pero dando seguridad y confianza a nuestro hijo. Haciéndole un ser seguro de sí mismo, apoyado por sus padres y sobre todo, feliz y querido.

En mi propia labor diaria, potencio este vínculo con los niños antes de comenzar las sesiones, para que acudan al tratamiento de atención temprana con alegría, con seguridad, con confianza y sobre todo respetando su espacio y sus tiempos. Desde ahí parto para seguir un camino largo con cada niño, donde quizás estemos trabajando durante muchos años juntos y la base debe ser sólida como en toda relación entre personas.
Debido a que mi trabajo se basa fundamentalmente en el tratamiento a niños con dificultades y sus familias y entorno, muchas veces el vínculo de las familias con los pequeños es costoso de establecer, ya sea porque las expectativas marcadas no se han cumplido, porque es complicado enfrentarse a los problemas, porque todo nos ha pillado de imprevisto, cuesta enfrentarse con la realidad… Es lógico comprender que el vínculo deba potenciarse con unas pautas que sirvan de guía y acompañamiento.
Es positivo que todos tengamos herramientas para favorecer un vínculo afectivo sano y seguro con nuestros hijos, ya que aunque sean lo más deseado, hay un proceso de llegada al mundo, donde debemos conocernos y adaptarnos los unos a los otros, a la nueva vida que hemos creado y que vamos a vivir.

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Por lo tanto me gustaría ofreceros algunas actividades que pueden resultar positivas para ello:
1) Dedicar un tiempo exclusivo al niño al día, establecido como rutina, donde realicemos una actividad placentera para ambos.
2) Hablar mucho al pequeño, a todas horas aunque creamos que no nos atiende o no comprende lo que decimos. Fomentaremos que reconozca nuestra voz, que repita sonidos, que contacte visualmente con nosotros…
3) Buscar su mirada y sonreírle, decirle palabras de cariño, buscar el contacto ocular, tan importante en las relaciones sociales.
4) Hacer un masaje, por ejemplo, tras el baño, dedicándole diez o quince minutos, echando aceite o crema por su tronco, extremidades, carita, manos, pies, etc. Hay centros de salud públicos donde enseñan incluso a realizarlo tras el parto de forma gratuita.
5) Tratar de dedicar tiempo exclusivo al niño en la comida, mientras damos el biberón o damos de mamar, ya que es un momento especial, donde se establecen caricias, contacto ocular, poder oler a su mamá, gorgojeos…
6) Portear a tu bebé en un fular elástico o en una mochila ergonómica, dependiendo de su edad y tamaño, buscando la comodidad y postura adecuada del niño, y el contacto tan directo de éste con sus padres.
7) Realizar juegos de interacción recíproca como las cosquillas, el cucu-tras, las pedorretas…
8) Bañarte con tu bebé y darle confianza haciéndole flotar entre tus brazos, mojándole poco a poco, realizando caricias…
Y otras muchas que se os irán ocurriendo.

Establecer un vínculo afectivo sano y seguro hace que nuestros hijos sean autosuficientes, tengan mejor autoestima, se sientan seguros, se valoren más a sí mismos, tengan menos miedos, no muestren problemas a la hora de la separación con los padres y un largo etcétera que iréis viendo con vuestra experiencia.
Un niño que tiene un vínculo seguro, no busca constantemente aprobación del adulto, siente autonomía para tomar decisiones y, puede separarse de sus padres sabiendo que éstos van a estar siempre ahí.
Para que luego pueda separarse, debe tener una base sólida de afectividad, amor, comprensión, calma y seguridad con sus padres.

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Os aseguro que este post os dará muchas herramientas para afianzar una estructura básica en las relaciones entre padres e hijos.

2 comentarios en “La importancia del vínculo afectivo

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