¿La soledad como un castigo?

Parece increíble, pero después de años y años de estudios e investigaciones, son muchos los profesionales que siguen empleando los mismos métodos anticuados y fuera de lugar para hacer entender a los niños lo que deben o no hacer, para poner límites y «enseñar» lo que «está bien o mal».

Pero, ¿quién decide qué es lo que está bien o lo que está mal? Esta línea es realmente fina y subjetiva, ya que dependiendo del profesional, sus estudios y el centro en el que se encuentre, llevará a cabo unos patrones y conductas diferentes para enseñar, limitar, educar y guiar a los peques.

Para ello es importante que visitemos, conozcamos, nos reunamos con los profesionales y escojamos aquel centro que se adapte mejor a nuestra visión sobre la educación, a nuestro método de crianza y a nuestro modo de ver la vida, aunque cada centro tenga su filosofía, debemos tener en cuenta que está formado por personas, donde cada uno somos de un modo u otro.

Reconduciendo la guía al tema principal, lo ideal sería que desde pequeños enseñáramos a los niños a empatizar con el otro, ayudándole a entender cómo se siente su amigo si invadimos su espacio, qué sucede si pegamos al compañero, qué siente la niña a la que empujamos, o cómo le gustan a su amigo los besos.

Esto le enseñará mucho más que el famoso «rincón de pensar» o «rincón de no molestar» diría yo, ya que no creo que un niño con dos o tres años tenga una capacidad de reflexión autónoma muy profunda. Una cosa muy diferente es, retirar al niño del conflicto y ayudarle a comprender por qué no puede estar en grupo, haciéndole preguntas como «¿a ti te gusta que te muerdan?», «¿No crees que a tu amigo le duele o molesta que le peguen?» «¿Te gustaría que la niña te empujara?». Son preguntas que sí invitan a reflexionar al nivel comprensivo del niño, y le hacen pensar sobre lo sucedido y las consecuencias, poniéndose en la piel del resto de niños.

Más tarde le diremos cómo poder resolver el conflicto para unirse en grupo de forma positiva. Es decir, «¿Quieres que vayamos a pedir perdón a la niña?», «Igual con un abrazo podemos ayudar a tu amigo a que se sienta mejor», «¿Qué te haría a ti sentirte mejor? Son herramientas útiles que puede ir integrando a su modo de pensar y actuar.IMG_6995Son preguntas en las que el niño piensa y elabora una respuesta de empatía y resolución que le será funcional para tener relaciones sociales positivas y agradables. Le ayudarán a tener herramientas a la hora de resolver un conflicto y a saber cómo hacerlo por sí mismo, mucho más funcional que quedarse en un rincón apartado sin aprender nada, más que si no haces lo que esperamos de ti, estarás solo.

¿Y esto no nos parece terrible? ¿Enseñar a que estar en soledad es negativo? ¿A que el tiempo en el que no se obtiene toda la atención del mundo, implica castigo? A mi me parece que estamos volviendo a atrás. Estar en soledad implica madurez, autonomía, privacidad, desconexión, desarrollo de creatividad y juego simbólico, implica desarrollo de la imaginación del niño, aburrimiento y desarrollo cerebral.IMG_6994Si le enseñamos que el hecho de  estar solo es un castigo, le enseñaremos a ser dependiente del resto, a buscar aprobación del entorno aunque no esté de acuerdo con lo que se hace o dice, a seguir a la masa sin pensar de este modo, a ser poco o nada asertivo, complaciente y falto de carácter y personalidad.

La soledad dada como privilegio es un auténtico lujo para los niños y más tarde para los adolescentes y como no, para los adultos. Disfrutar del tiempo sin necesidad de estar con nadie, disponiendo de nuestras ideas, llevándolas a cabo con libertad y decisión, sintiéndonos seguros de lo que hacemos, decisivos, con personalidad y valentía.

Por favor, no castigues a tu hijo con la soledad, enséñale a que comer solo es una aventura, dormir solo es un placer (si así lo deseáis), jugar solo le da libertad de elección, expresión y decisión, todo puede ser genial solo, aunque después nos guste estar en grupo y seamos seres sociales, como es lógico. Pero igual que estar juntos nos aporta, reconforta y hace crecer como personas, la soledad también nos aporta otros valores igual de importantes, que no debemos temer ni evitar.IMG_7001Está claro que educar implica mucho esfuerzo y a veces empleamos aquello que es más sencillo en un momento dado, antes que lo que implica participación y ayuda de nuestra parte. Castigar es más fácil que hacer que el niño empatice, pero ¿Qué es lo que realmente buscamos?

¿Crees que la soledad debe ser un privilegio o un castigo? ¿Emplear el castigo es mejor que emplear la capacidad de reflexión?