Respetando el contacto II

Hoy quiero recordar un post sobre el respeto al contacto con un peque que tenía ganas de volver a publicar.
En los últimos meses he visto varios posts sobre dejar o no que den besos a tus hijos, si es bueno obligarles a dar abrazos o besos o a que acepten el contacto de un extraño o de alguien que en ese momento no quieren.
Yo lo tengo muy claro, no obligo a mi hija a que de besos, abrazos o caricias, ni los reciba de quien no quiera.
Yo tampoco las acepto de quien no me apetece o no conozco, así que es contradictorio que ella tenga obligación de quedar bien con todos y yo pueda escoger.
Lo mismo me sucede en sesión. No obligo a que los peques me saluden con un beso o no les cojo de la mano si no quieren. Ni les obligo a dar besos de despedida o a abrazar a cambio de algo. Siempre respeto, observo y pido permiso.
AQUÍ OS DEJO EL POST QUE ESCRIBÍ HACE UN AÑO:
Respetando el Contacto:
Que importante es para el adulto complacer sus necesidades sin darse cuenta de cuáles son las del niño.
Cuando un bebé nace y tiene tan solo horas recibe muchas visitas de familiares y amigos de la familia. Hay algunos más cercanos y otros que acuden por compromiso. Ahí cada uno debe medir la cantidad de gente que quiere que acuda al hospital o a casa y quiénes deben antes o cuando ya hayan pasado unos días, dependiendo del grado de cercanía y la relación.
En casi todos los casos hay gente que tiene la necesidad de coger al niño sin pensar en cuáles son las necesidades reales del bebé y de la mamá.
Es difícil poner límites a aquellos que se lanzan a coger al peque pero es importante dejar claro cuáles son las necesidades del recién nacido en este momento tan importante.
A veces hay que ser claros y explicar que no es momento de complacer a los adultos sino al recién llegado al mundo.
Lo mismo va sucediendo según éste va creciendo. Son muchos los que piden coger, besar, abrazar al niño en los encuentros. Está claro que es importante medir quiénes son los que lo demandan, ya que abuelos, tíos o amigos muy cercanos tienen ganas de demostrar el afecto al niño de este modo y sienten gran ilusión por besar y tocar al bebé, como es lógico y comprensible.
Aunque debemos respetar al peque y su forma de expresar y escoger lo que quiere hacer, sin castigar su decisión ni chantajear con que nos iremos o no tendrá una cosa específica si no da el beso o si no quiere contacto físico.
Otros sin tanta cercanía tienen su propia necesidad y no respetan la del niño. Y esto incomoda mucho al peque ya que se enfada, extraña y se ve separado de sus padres sin comprender nada de lo que está pasando. Además muchas veces su referente (su madre o su padre) se ponen del lugar del otro sin tener más opción el niño de hacer lo que le exigen.
Pedir permiso al niño a través de la lectura de las señales que nos emite a la hora de acercarnos a él es lo que mejor nos va a aclarar cuál es el momento adecuado para este contacto.
Respetar cada momento del niño es esencial para elegir el momento correcto para ofrecer cariño al peque, ya que a la hora de mamar no es adecuado acariciar o besar a un niño que no es el nuestro, por ejemplo.
Simplemente siguiendo normas básicas y siendo cautelosos aprenderemos a respetar los tiempos del niño y a conocer cuál es el momento para cada cosa.
Es esencial que el peque sepa escoger y pueda decidir en este sentido, ya que aprenderá a mostrar sus sentimientos con respeto, siendo capaz de elegir y haciendo lo que realmente siente y quiere, como el adulto realmente hace también.
Al fin y al cabo se trata de ponernos en la piel del niño, mirar a través de sus ojos y ser empático. El niño no es antipático o mal educado, simplemente está haciendo lo que cualquier adulto haría ante un desconocido o en un momento que no considera adecuado.

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