Respeto

Cada día me planteo más y más lo importante que es respetar la forma de crianza de cada uno, la manera de llevar a cabo la educación de los hijos, el modo de verlos y de tratarlos.
Será porque continuamente veo a gente que juzga al resto dentro del ambiente en que me encuentro. Gente que habla con libertad y sin pensar sobre lo que realmente hace la familia de al lado; gente que critica a gritos lo que los demás hacen sin verse a sí mismos en un espejo ni pensando en las necesidades del otro.
También es verdad que hay gente que parece que necesita criticar al otro para sobrevivir, para respirar y sentirse vivo, ya que si no lo hace explota o revienta.
Y nadie es perfecto y por supuesto que yo la primera, pero intentó ir aprendiendo a observar cada día más y a respetar lo que cada uno escoge, ya sea lactancia materna o de fórmula, colecho o dormir en cuartos separados, guardería o no, y así en un largo etcétera que envuelve y rodea la crianza de los niños.
Hacer autoreflexión y tratar de mejorar es esencial para crecer como ser humano.
Qué importante es escuchar, observar, oír, ver y saber callar y, apoyar. Nadie dice que sea necesario tener la razón o ni siquiera debatirla, no hay que llegar al punto de quién lleva razón o quién no, simplemente entender el buen hacer del de enfrente y no juzgar de forma continuada como si lo que nosotros hiciéramos fuera lo ideal y lo correcto y lo del resto estuviera mal o dañara al niño.
También es verdad que la experiencia personal cambia muchas de las ideas preconcebidas y hace que modifiquemos lo planeado por lo espontáneo, dejando que fluya lo que va surgiendo cada día sin planificar cada movimiento.
Es el niño el que acaba escogiendo muchas de las opciones que la vida le ofrece y los padres o los profesionales deben respetar y encauzar dichas decisiones para que sean las mejores en nuestro caso, sólo y únicamente en el nuestro.

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