Tolerancia ante las diferentes opciones

Últimamente leo mucho en grupos y foros de crianza, padres o profesionales de la infancia, comentarios bastante contundentes respecto a ciertos temas o métodos de crianza.
A veces creo que cada uno piensa que lo que él mismo hace es lo adecuado y lo que hace el resto no está tan bien.
Por ejemplo, los temas de lactancia materna, colecho y porteo están a la orden del día. Son temas muy de actualidad en los que la gente es muy tajante, es decir, el que lo hace lo expresa con orgullo y defiende a muerte esta teoría e incluso hace sentir mal al que publica un comentario explicando que no practica alguno de estos métodos.
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Estoy viendo a mucha gente que es fanática de la lactancia materna exclusiva hasta tal punto que no ven bien a aquellos que dan biberón e incluso se valora si se quiere o no a un niño por dar o no el pecho.
Respecto a estas tres decisiones en concreto (lactancia materna, colecho y porteo) creo que son opciones muy válidas pero no son las únicas y por eso debemos contemplarlas todas.
El que da lactancia materna exclusiva o está a favor de ella, cree que todo el que quiera puede realizarla si se lo propone, a no ser que haya un problema de salud por ejemplo, pero no todas las situaciones son esta. Y el problema es cuando se afirma que todos los males de la infancia se curan con lactancia materna, ya que muchas mamás que no han podido o no han tenido ayuda ante un contratiempo con la lactancia o no han querido dar pecho, se sienten ofendidas ante estas afirmaciones ya que parece que alimentar a sus hijos de otro modo supone menos afecto y cariño hacia ellos.
Creo que debemos ser coherentes, la lactancia materna es el alimento natural, el específico y único para tu bebé, lleno de cualidades y encima proporciona el contacto, afianza el vínculo y miles de ventajas más. Eso está claro y estamos de acuerdo en que es lo mejor para el niño. Pero ¿y si no se puede? ¿Es peor madre la que da biberones? Mucha gente cree que sí y esto es lo que me parece increíble cada vez que leo comentarios al respecto.
También sucede con el colecho o el porteo. Perdemos a veces la cabeza afirmando nuestra idea a cerca de dónde debe dormir el bebé o cómo debe portearse.
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Está claro que el recién nacido hasta cierta edad (la que cada uno plantee) necesita estar cerca de sus padres y el contacto físico es muy positivo para su desarrollo afectivo e incluso neurológico, según muchos estudios, pero ¿y si una familia decide que su bebé duerma en su cuna desde que nace? ¿Y si prefieren que vaya en el cochecito? Quizás estas familias tengan otros ideales, no tengan conocimiento sobre el porteo o el colecho o sigan las normas habituales dentro de su cultura o cualquier otra cosa.
Como profesional de la atención temprana, en muchos casos me he encontrado a familias que me han realizado preguntas sobre estos temas y cada día me doy más cuenta de que la respuesta no puede ser general sino específica para cada familia y sus necesidades, ya que habrá familias que tengan unas ideas y no quieran modificarlas y otras que acepten los consejos y prueben nuevos métodos. Y aún así la respuesta no será la misma para todos porque cada uno siente, vive, quiere o expresa de una forma distinta.
Con este largo comentario sólo quiero expresar mi malestar ante la intolerancia de unas familias hacia otras que en definitiva sólo quieren lo mismo, criar a sus hijos de la mejor manera posible.
El respeto y la tolerancia nos enriquecen y nos hacen ver más opciones y nutrirnos de ellas. La información nos hace más ricos y es lo que nos permite escoger nuestro mejor método.

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